miércoles, 6 de diciembre de 2017

ALMAS

Evoco a tu alma y ella besa mis labios.
La siento como seda salvaje
en cada frunce de mi tronco.
Vaho de tu alma reptando
por la base sólida de  mis lumbares.
Fragancias otoñales embeben
las llamas de unas velas encendidas
con el rubor de un chocolate espeso.
En la ménsula de un ocaso,
a la luz del fuego de la chimenea,
tu alma adormilada
sestea entre nardos de deseo
 y como un pecado huérfano
resentido de conciencia,
a hurtadillas traspasa
el intestino de mi alma.
Mercurio en mis ojos,
con un café y un pastel
incito al pájaro a  volver a su nido.
Cesto de errores.
Alfombra de perdones.
Caviar en los faldones.
Amores eternos.
Alcobas sin nombre.
Dos corazones se revuelcan
entre las migajas de una estrella fugaz.
En los días sin sol mi alma regresa a tu alma
Cepeda




domingo, 3 de diciembre de 2017

ROJO EN SUS MEJILLAS


Rojo en sus mejillas.
Besos en sus labios.
Sentimientos calientes.
Pensamientos en la playa.
Brillan los colores 
en sus ojos que son amores.
Canta tan bajito 
que piensan que es tonta. 
Escucha con los dos oídos 
y acaricia con las dos manos.
Llena las carencias de la vida
con pedazos de sensibilidad. 
Nunca tira basura en la calle. 
Remienda sus grietas. 
Escupe fuerte en la cuneta
y sigue caminando. 
Ama con locura y
odia con cordura.
Sus penas toman el sol
en la toalla del olvido.
Ronca en la orilla del mar
y se  duerme en una ola.
No tiene dos traseros,
como tampoco tiene dos caras.
Es que en su corazón siempre es verano.
Cepeda. 

viernes, 1 de diciembre de 2017

LLÉVAME CONTIGO





Llévame contigo, 
desnúdame a suspiros, 
cobíjame con las prendas 
vírgenes de la luna y
perfilando mi cuerpo con sangre y fuego hazme el amor en el jergón de las estrellas.
Arrópame con tus robustos brazos 
apaciguando mis temblores.
Abre tus alas y
volemos juntos hasta el ombligo del cielo
mientras el velo de las nubes 
oculta mi tez y ciega mi mirada.
Allí nos amaremos sin juicios, sin pudor.
Soy tuya como la arena es del mar,
como la sal es del agua. 
Llévame contigo, 
envuelta en tu casto y sincero amor,
broncea a besos mi piel y
ahógame en un manantial de caricias .
Amordazada a una eterna melancolía,
enamorándote con mi silencio
como el canto del ruiseñor 
enamora a una lánguida amapola 
en un estanque de pasión.
Soy tuya desde mi savia hasta el último verso
que tu pluma escribió en una apática madrugada.
Llévame contigo, 
tan lejos, tan lejos 
que la muerte se olvide
de venir a buscarnos. 
Cepeda.