lunes, 27 de noviembre de 2017

DESCALZA


Descalza y sola me encuentro,
no me oprimen las correas de los zapatos.
Mis dedos apenas rascan la tarde,
escribiendo en braille la ecuación inexacta
que me haga olvidar que dos más dos son cuatro.
Araño la tierra que cubre el olivo,
me sabe a negras aceitunas aliñadas
con sal y limón. 
Con el Whisky desinfecto el ardor,
con el orujo fabrico vinagre. 
No queda piel en mis rodillas para que 
haga costra la mugre que sobra
cuando el alma menstrúa. 
Una muñeca con adornos barrocos
lava mis pies y limpia mi sarna. 
Mis pies que me pesan como bolsas
de cemento endurecido.
Descalza correteo por el océano,
me sumerjo  en sus aguas blancas
que brillan como el semen de un náufrago.
Buceo en el rastro de los óvulos de una
sirena preñada.
Ando descalza como si supiera
a lo que sabe el mundo,
enderazando las curvas de los
huesos rotos de mis llagas.
Curvando  el vaso donde
germina el tallo de mi experiencia.
Amarme sin mis zapatos, 
significa que me amas 
en el sueño de una tibia pausa, 
quitándole los cordones al destino y 
trayendo del infinito unos óleos color carmín. 
Cepeda.

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