jueves, 30 de noviembre de 2017

LOCURA


La tierra se detiene un instante. 
Dos cuerpos pegados a una misma canción,
lívidos se coagulan
en la arena de un reloj.
Unidos sienten el aroma del paraíso, 
desnudando las palabras.
Conexión espiritual. 
Pincel en la mano del artista.
A lo lejos las aspas del molino
mueven las cuerdas de una guitarra. 
Las bocas  a trompicones se acercan,
se desinhiben  las dualidades.
Ya no queda pasión en el tintero.
Un gemido unido a otro gemido.
Las miradas se vuelven del revés. 
En un rato, nada que ocultar, 
destapados en carne y alma.
Los sentimientos ya no son un secreto.
Un poco de rocío madrugador escurre por el cuello.
Las prendas van cayendo
hasta acabar el ritual.
En la  médula espinal se guardan
clamores de células. 
Locura celestial. 
Dos cuerpos unidos por el amor.

Cepeda

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