Llueve a cántaros en la hoguera,
dormida en una cama de espinas,
estrujando mis ojos,
coqueteando con mis lágrimas.
He buscado tanta veces una almohada
para llorar.
Me como los cristales de la copa rota,
sueño con la piedra filosofal,
me aplasta un bloque de conciencia,
vivo una vida que no me corresponde.
He buscado tantas veces en los
bolsillos rotos.
Noche fría y apasionada,
templado aire vespertino,
mis heridas se funden en un espejismo,
yo camino despacio, no tengo prisa.
He buscado tantas veces una luz en el
túnel.
Mis pasos débiles se estrangulan con
mi cordón umbilical,
mis ampollas se revientan para poder respirar,
camuflada entre las cortinas del carnaval,
incesante antifaz,
mutismo en mi coraza.
He buscado tantas veces un corazón
que me quiera.
Hasta que un día abrí la puerta,
y estabas tú.
Cepeda
Magnifico Gema.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Teresa. Un fuerte abrazo.
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